sábado, 18 de noviembre de 2017

Psicología Positiva aplicada al ámbito personal

Bienvenidos a una nueva entrada de Psicología Positiva, enfocada en el día de hoy al ámbito personal. El objetivo es que las personas que están en el período de formación como orientadores o están ejerciendo la profesión cómo la puesta en práctica de esta corriente psicológica puede ayudar a los estudiantes a superar momentos de crisis relacionados con el estrés y la ansiedad.

Mi caso comienza cuando me encontraba en 2º de Bachillerato, etapa educativa conocida por ser una de las más difíciles y estresantes de toda la formación educativa, fue el momento en el que empecé a tener ataques de ansiedad debido a las metas exigentes que me imponía a mí misma y el esfuerzo constante y permanente para alcanzarlas. Unido a esto, la posición social que tenía en mi clase no era mala del todo pero tenía miedo constante a ser rechazada por mi grupo de iguales debido a situaciones de acoso escolar que había sufrido dos años atrás y que me habían provocado que tuviera una baja confianza en mí misma. Todos estos acontecimientos desembocaron en un trastorno de ansiedad.

El tratamiento a seguir fue terapia psicológica en la que, tras estudiar la Psicología Positiva, he podido comprender que se emplearon muchas de las pautas que se proporcionaban en el vídeo. Lo primero que hizo el psicólogo fue preguntarme porqué creía que estaba allí y algunas otras preguntas relativas a la situación que estaba viviendo en ese momento, empezamos a trabajar la respiración abdominal (para practicar esta respiración hay que estar tumbado o sentado, con una mano puesta en el abdomen y otra en el pecho, mientras se va inspirando por la nariz y exhalando lentamente por la boca) y me dio una tabla de registro que tenía que completar durante toda la semana explicando situaciones vividas, qué es lo que pensé y el pensamiento alternativo que podría haber aplicado. 

Los primeros meses, las sesiones eran semanales, y en cada una íbamos retrocediendo en el tiempo hasta llegar a los primeros momentos de acoso escolar que sufrí y poco a poco el psicólogo fue haciéndome preguntas sobre ello y atacando el muro emocional que empecé a construir a partir de esa experiencia personal. Al mismo tiempo, continuaba practicando todos los días durante diez minutos la respiración abdominal, además de empezar a hacer descansos de quince minutos cada hora mientras estudiaba (al principio fue una gran dificultad para mí hacer esto porque pensaba que era una pérdida de tiempo), a hacer ejercicio y a practicar una vertiente de yoga, denominada raya-yoga (que consiste en practicar meditación y diversas posturas y respiraciones pero de una forma tranquila).

Transcurrido un tiempo y practicando todos los ejercicios mencionados anteriormente, empecé a notar mejoría y empecé a aceptar todo lo que me había sucedido hasta ese momento. Comencé a estar menos angustiada con los exámenes, a gestionar mejor el estrés que me provocaban todas las tareas escolares que tenía que hacer y a encontrar momentos para desconectar y disfrutar de las pequeñas cosas que la vida regala.

Como se puede observar, realizando acciones tan cotidianas como son el ejercicio o los descansos durante las horas de estudio, unido a técnicas de relajación proporcionadas por el psicólogo y la profesora de yoga se puede superar una situación tan complicada cómo la que viví hace ahora cinco años. Esto muestra que la aplicación de la Psicología Positiva permite superar momentos críticos cómo el trastorno de ansiedad y ser consciente de que existen cosas más importantes que los estudios y de que lo fundamental es vivir en el presente y no sentir temor constante porque el pasado se repita.

La Psicología Positiva me ha dado la oportunidad de contemplar este episodio de mi vida desde otra perspectiva e incluso ha tomado mayor sentido de referencia en mi vida para futuras situaciones similares a éstas (relativas a momentos de estrés, como los vividos los últimos meses, y de rechazo).

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